El Edificio Cero Emisiones es un proyecto desarrollado por el Ayuntamiento de Zaragoza y financiado íntegramente por el Gobierno de España a través del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad (FEESL).
Ha sido diseñado siguiendo parámetros bioclimáticos que le permiten alcanzar un balance neto de emisiones cercano al cero. Consta de 5 alturas, con 2.100 m2 de superficie total construida sobre cubierta.
Todo ello en un marco físico sostenible, demostrando que en un mismo proyecto se puede fomentar un nuevo modelo productivo basado en el conocimiento (objetivo primordial de todo el proyecto Milla Digital), que aúne innovación, productividad, sectores de alto valor añadido, con la eficiencia energética y el respeto medioambiental.
Asimismo, el Centro aspira a ser autosuficiente económicamente a medio plazo con objeto de cubrir sus gastos operativos mediante sus propios ingresos.
Características técnicas:
A su volumen sencillo cúbico se le envuelve una doble fachada que regula la luz exterior, la climatización y la ventilación de las zonas interiores. El espacio central se concibe como el corazón funcional y ambiental del edificio. Permite lograr una iluminación natural al interior y se convierte en centro de circulación y estancia informal. A su vez sirve como amortiguador térmico y acústico entre interior y exterior y actúa como recurso bioclimático.
El edificio presenta en todas sus caras una fachada interior y otra exterior, creando una cámara de aire. Esta doble piel del edificio actúa como un colchón o barrera térmica, que conectada a su vez con el terreno consiguiendo un considerable ahorro energético. En las caras exteriores sur se colocan paneles fotovoltaicos, que servirán también como parasoles. Todo el edificio funciona como un gran climatizador.
Aprovechamiento de energía geotérmica para climatización:
El sistema geotérmico aprovecha el diferencial de temperatura del subsuelo con el exterior para aportar aire frío o caliente para la climatización cuando es necesario, dado que la temperatura a esa profundidad es constante (unos 18 grados), con independencia de la temperatura que se dé en superficie.
Aprovechamiento del agua:
El agua que surte al edificio llega del Ebro desde una profundidad de 25 metros y mantiene una temperatura constante de 14 ó 17 grados.
El agua usada en los ciclos de climatización se atempera por intercambio de calor con agua del freático. También se logra enfriamiento adiabático del aire en verano pulverizando agua de retorno del sistema.
Aprovechamiento del sol:
En la cubierta hay instalados decenas de paneles solares y en la fachada sur tres aerogeneradores de energía eólica y una caldera de biodíesel de apoyo a la calefacción. Toda la demanda energética del edificio se cubre con procesos alternativos que no generan gases de efecto invernadero.
Así, consume un 52% menos de energía que un edificio convencional y el resto lo cubre con producción de energía renovable. Incluye el consumo de biodiésel, al que se le supone “cero” emisiones netas de CO2.