Entrevista Asociación ¿Hablamos?
Entrevista Asociación ¿Hablamos?
¿Qué os impulso a tomar esta iniciativa de trabajar con personas en conflicto?
La mayoría de las veces las personas vemos el conflicto como algo lejano y de otros, cuando en realidad, está presente en nuestra vida cotidiana, apareciendo en las relaciones personales, profesionales, sociales… Además, se suele vivir o relacionar con algo negativo, cuando en realidad no deja de ser una oportunidad de cambio y de mejora.
Todos contamos con los recursos necesarios para enfrentarnos a diferentes situaciones de conflicto, partiendo desde nuestra propia persona hasta llegar a reconocer y conectar con el otro, reencuadrando el conflicto hacia una realidad complementaria. Entendemos que el diálogo, la empatía, la escucha, entre otras cosas, son los ingredientes principales e imprescindibles que deben estar presentes en nuestra vida y que nos ayuda a construir una sociedad más justa y pacífica.
¿Cuándo comenzó vuestra inquietud en el ámbito de la mediación y gestión de la convivencia?
Como abogadas y psicólogas ejerciendo como tales, vimos la necesidad de trabajar con las personas otros aspectos del conflicto y la convivencia relacionados con la comunicación, integrando necesidades e intereses que muchas veces quedaban en segundo plano. Por ejemplo, en el juicio puedes tener una bonita sentencia, pero no resolver el conflicto que la originó. La mediación otorga la posibilidad de un cambio de paradigma, no existen vencedores y vencidos, tod@s ganan.
Cuando trabajamos la gestión de la convivencia en distintos ámbitos (coles, institutos, barrios, empresas…) nos centramos en la prevención de los conflictos, todo aquello que podemos hacer para que no nos “estalle” en las manos. Es así que ponemos especial énfasis en la comunicación, las emociones, las habilidades sociales.., en distintas y diversas herramientas para la convivencia.
¿Qué crees que puede aportar la mediación a la sociedad?
La mediación en sí tiene como premisa la gestión de los conflictos y a su vez genera un proceso de aprendizaje en el que las personas adquieren una mirada poliédrica sobre lo que les está sucediendo, adquiriendo nuevas habilidades que les ayudarán a afrontar futuros conflictos. Actúa como un desatascador, dejando fluir nuevas ideas, opciones, miradas y potencialidades. Es por ello que los procesos de mediación contribuyen necesariamente a crear personas más responsables y comprometidas con su propia vida y más solidarias con su entorno, y en consecuencia con la sociedad.
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